28 de diciembre de 2008



The Spirit
Dirigida por Frank Miller













Dos cosas que conviene saber antes de acometer cualquier tipo de juicio crítico sobre esta película. Preparados? Ahi van: a) Frank Miller es Frank Miller; b) Frank Miller es incapaz de no ser Frank Miller.

Para cualquiera que posea un mínimo interés por el comic sabrá de antemano que Miller, junto a Alan Moore, son las dos cabezas de playa de la renovación y maduración del arte del comic durante los años 80’. Sus obras publicadas por aquellos años son clásicos indiscutibles y textos de una fuerza influenciadora que, se quiera o no, reconfiguraron y expandieron las expectativas que el público enterado y los ajenos al mundo de las viñetas habían mantenido hasta ese momento con respecto al medio. Miller y Moore otorgaron carta de legitimidad al comic como arte y como medio de expresión de temas adultos y sofisticados. Una herramienta más para la exploración literaria de altos vuelos y la fusión de géneros, estilos y estéticas en función de los temas a tocar.

Miller es vaca sagrada desde hace ya dos décadas y desde la publicación de sus obras magnas – The Dark Knight Returns, Daredevil: Born Again, Ronin, Batman: Year One, Elektra Lives Again - ha pasado bastante agua bajo el puente. No es que Miller haya desaparecido del panorama creativo durante esta pasada década, si no que – con la excepción de Sin City, la serie sobre Martha Washington, la potente 300 y un reducido puñado de interesantes colaboraciones con Geof Darrow – este autor se ha dedicado más o menos a vivir de la leyenda que creara en los 80’ alrededor de su nombre y ha poco menos que despilfarrado su talento en proyectos alimenticios de un variopinto orden, de Spawn a Robocop y otras linduras de dudoso interés, si bien se ha tomado el tiempo de crear algunas hermosas obras menores como su Daredevil: The Man Without Fear. Cuando hace poco tiempo Miller revisitara a Batman en “All Star Batman & Robin” y el proyecto resultara un fiasco de proporciones, como lector de comics y como fan del hombre, me quede sin saber que pensar sobre el creador y su talento. Ya desde la la cimentación de la fama de Sin City – básicamente dada por sus primeras tres sagas, The Hard Goodbye, A Dame To Kill For y That Yellow Bastard - Miller había tocado un zenith creativo del que me temo no ha vuelto a remontar, con la ya mencionada notable excepción de 300 que, más haya de sus inexactitudes y jugueteos históricos, era una pieza de lectura arrebatadoramente hermosa, plena de lo mejor de la prosaica, estoica prosa milleriana.

Es por lo demás simétrico entonces que Miller recuperara un poco la vida de cara a la platea con la adaptación cinematográfica de, precisamente, Sin City. Y aunque sabemos que el crédito de co-director de aquella película es un poco exagerado (aunque no dudo ni por un segundo de la ingerencia de Miller en la película) esta nueva veta creativa no dejaba de ser una sorpresa que abría muchas posibilidades para Miller, si acaso éste decidía tomarle gusto al asunto. Sin duda espoleado por el éxito de Sin City y la posterior adaptación de 300 por parte de Zack Snyder, también de gran éxito, tenemos ahora el debut como director de Miller. A notar que se trata de una primera obra, por más que la experiencia de Sin City haya tenido que enseñarle algo. Intentaré no mostrar demasiada manga ancha con el hombre que ha escrito algunos de los comics que más admiro en esta vida (cualquiera que me conozca, sabe perfectamente que mi idolatría por los textos de Miller es inmensa). Las críticas han sido despiadadas y la respuesta del público, tibia, escéptica. Es The Spirit una obra tan mala como la critica especializada nos ha hecho creer? No. Es Miller un cineasta torpe y poco dotado? No, meramente novato. Es The Spirit una gran película o un bodrio? Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Suficientemente confundido?

The Spirit es un animal extraño. Esa clase de película que siendo terriblemente imperfecta, se gana nuestra simpatía a partir de coraje. Coraje en ser fiel a sí misma, coraje de no temerle al ridículo. Es imposible odiarla a pesar de sus defectos y es una película a la que uno termina quizá no aplaudiendo, pero sí siendo cómplice de su peculiar sentido del tono y la atmósfera. No es poco logro para un director primerizo. Valga aquí mencionar que Will Eisner – creador de los comics de The Spirit y uno de los artistas más admirados y queridos del ambiente comiquero norteamericano - es la gran influencia creativa en la obra de Miller y una amistad personal de la que siempre se ha mostrado especialmente orgulloso. La amistad que juntaba ha estos dos hombres y la admiración que Miller sentía por Eisner, son legendarias. Me cuesta creer que Miller se haya propuesto hacer adrede una mala película para honrar a su querido maestro. No lo ha hecho. Es tan solo que su idiosincrásica personalidad creadora y su imberbe calidad como cineasta, le han traicionado un poco. El esfuerzo, sin embargo, es admirable y digno de elogio.

Las opciones que Miller ha puesto en pantalla para The Spirit harían a cualquier crítico snob salir corriendo de la sala de proyección arrancándose a puñados los pelos de la cabeza. Pero para una persona con una predisposición para lo fuera de lo común, y quiero pensar que poseo esa bella, inefable y por lo demás noble característica, la cinta es un regalo de los dioses. He confesado ya que soy admirador de Miller. No significa que sea ciego a sus manías estilísticas y sus obsesiones personales, que algunos malintencionados tienden a magnificar fuera de proporciones. Todos sabemos que Miller ama el hard boiled. Lo suyo es la destilación estilística del film noir. Siempre lo ha sido. Es lo que mejor hace. Es su moneda de cambio. Cualquiera que quiera mostrar sorpresa o llamarlo a falta a esta altura del partido, lo siento mucho, pero se está auto engañando o simplemente está siendo destructivo por el gusto de ser malicioso. Y si, a Miller le van las mujeres con curvas. Las vampiresas del cine negro, le ponen. Y si puede mostrarlas en cueros, mejor. De nuevo, es lo suyo.

Si quieren una destilación de The Spirit, se las acabo de dar en el párrafo anterior. Film noir y mujeres ligeras de ropa. Atmósfera sucia, policías de gabardina y sombrero, una ciudad nocturna y corrupta, un héroe de tonos grises (aunque intrínsecamente noble, por supuesto, otra constante de Miller) y muchas mujeres de curvas generosas y moral flexible. Ah, y Samuel Jackson sobre actuando que da gusto como el villano de la función, Octopus. Lo admito: la conjunción de extrema estilización y opciones creativas descolocantes no es un cóctel que agrade a la platea general. Comprendo perfectamente a la gente que ha detestado la película o los que creen que la herencia de Will Eisner ha sido arrastrada por el fango. Quizá lo mejor que se puede decir de Miller y su Spirit es que, tanto director como película, han tirado las expectativas por la ventana y que a fuerza de coraje y un puñado de opciones atrevidas y dementes, han logrado dejarme sorprendentemente conforme y lo que es más increíble, he salido de la sala con una gran sonrisa en los labios.

Al igual que en el triunvirato Mignola/Hellboy/Del Toro – donde la creación original del primero ha sido absorbida y procesada por Del Toro, para devolvérnosla igual, sólo que distinta – Miller ha tomado el Spirit de Will Eisner y lo ha convertido en un subproducto típicamente suyo. Este NO es el Spirit de Eisner. Es el Spirit de Eisner, filtrado por la sensibilidad de Miller. Lo mismo, sólo que distinto. Las florituras millerianas están en pleno despliegue desde la paleta pictórica que evoca a Sin City (la película y el comic) hasta las composiciones de plano y las angulaciones de cámara que evocan a toda la imaginería visual que Miller ha creado en su vasta carrera en la página impresa. Puedo ver las semillas de las primeras críticas tomando forma en el vocablo repetición. Es posible que haya gente que lo vea así. Yo no. El estilo es el estilo, la voz distintiva del creador. Su firma visual. Ya lo he apuntado. Miller es Miller y no puede evitar ser Miller. A este respecto, hay incluso algunos momentos en que el director (no puedo evitar una media sonrisa cuando acoto esta palabra para referirme a Miller) tiende a la autoreferencia, con líneas de diálogo que están directamente sacadas de anteriores guiones del autor para el comic. Pude notarlo por lo menos en dos ocasiones, siendo una de ellas una alusión directa a Born Again (Metalectura? Pereza creativa? You be the judge).

Como siempre la narrativa de Miller es simple, lineal y directa en su estructura, aunque sus diálogos están, como de costumbre, cargados a la solemnidad y a la grandilocuencia aún en momentos que deberían estar construidos basándose en la sutileza y el susurro emocional. Nuevamente, quien se llama al engaño... La narrativa de Miller nunca ha sido emocionalmente sutil. Lo suyo es lo mítico, las pasiones desbordadas, las melancolías gigantes, las venganzas ensangrentadas. Miller siempre va por la yugular y que los dioses le bendigan por ello. Que sería de la narrativa milleriana sin su desproporcionada, casi operática grandilocuencia emocional? La trama de Spirit, por simple y vacia de resonancias como parezca inicialmente, responde perfectamente a estas características y es una muestra más de que Miller ha hecho la película que quería hacer, de la forma en que quería hacerla. Por lo que podemos asumir una cosa como cierta, a cabalidad. The Spirit es 100% una película de Frank Miller. De eso no puede haber duda alguna. Habrá a quienes ese fundamental detalle les ponga los pelos de punta. Otros, como yo, disfrutaran de la orquestada locura de esta adaptación como niño en noche de Pascua.

Miller como cineasta aún tiene mucho que demostrar, pero a pesar de las apariencias y las criticas negativas, su debut es bastante más logrado de lo que esperaba (admito que no tenía muchas expectativas al respecto, siendo mis reticencias bastante altas). The Spirit no es una gran película, ni siquiera es una buena película, pero es un divertimento entrañable, realizada con el pulso entrañable de un hombre enamorado de sus obsesiones, sus influencias y de los medios con los que trabaja. Un trabajo demencialmente regocijante.

Y ahora, Sr. Miller, para cuando Buck Rogers?


Trivia inútil: Miller aparece en la primera secuencia de la película. Es el oficial de policía que muere decapitado.